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  • Foto del escritorJosé Manuel Lopez Mohiño

DE TRIANA A LA ALAMEDA - LOS CAFÉS CANTANTES Y EL PUENTE DE TRIANA


El Castillo y el antiguo Puente de Barcas


Es de gran importancia el destacar la inauguración del Puente de Isabel II - conocido popularmente como Puente de Triana - que unió ambas orillas, naciendo un “modus vivendi” diferenciado del anterior, al salvar las dificultades que representaba el antiguo puente de barcas.

Triana fue el núcleo esencial, donde nació lo que hoy entendemos por flamenco, teniendo que recurrir a las observaciones históricas, para con los antecedentes acaecidos en una época determinada, al menos poder demostrar el porqué con la construcción del Puente de Triana, surgió una forma distinta de la ejecución del cante flamenco hasta aquellos momentos desconocidas, al ser interpretado en los cafés cantantes, siendo sometido a duras criticas, en primer lugar por don Antonio Machado y Álvarez “Demofilo” y seguidas por Manuel Chaves Nogales. Es el profesor don Manuel García Matos, gran investigador musical, él que posteriormente, años más tarde entra en una valoración positiva de los que estos significaron para el mundo del flamenco.


Haremos un breve recorrido desde Triana a la Alameda, en el periodo que abarca desde el último tercio del siglo XIX, hasta llegar alrededor de los años sesenta del ya desaparecido siglo XX, en los cuales esta zona sevillana entra declive, ¡ flamencamente hablando ! En este periodo de una duración aproximadamente de cien años se encuentran las dos épocas más importantes del cante: La edad de oro y la Opera Flamenca. Trataremos de argumentar las causas que motivaron la salida del flamenco de Triana, así como anécdotas de una Sevilla, aún provinciana, que luchaba denodadamente por encontrar el espacio cultural de antaño, de la que fue protagonista indiscutible.

Triana, Collación y Guarda de Sevilla, La Puebla, el núcleo poblacional nacido a extramuros, en la margen derecha del río, fue la pionera en dar a conocer los cantes ancestrales, desde finales del XVIII y durante el siglo XIX. El punto de referencia, el refugio cobijador de todos aquellos que quedaron embelesados por una música que como sangre corría por sus venas; fuente y venero donde bebieron para expresar los sentimientos reprimidos siglos atrás. Triana inconscientemente aportó al flamenco toda una cantera de cantaores que se encontraron inmersos en un mundo aprovechado por los que intuyeron que esta expresión genuina podría reportar grandes beneficios, dotándolo de las estructuras necesarias para su lucro. – De ahí llevarlo a los Cafés Cantantes – Si bien Triana, con independencia de la creación de este elemento, siguió como epicentro, siendo digna referencia y espejo para darse a conocer y establecer el profesionalismo que en una época de penuria y miseria empezó a estar bien retribuido.


El Puente de Triana a principios del S. XX



LOS CAFÉS CANTANTES


Antes de hacer la observación histórica de su ubicación, transcribiremos unos párrafos del gran investigador y musicólogo, profesor don Manuel García Matos. Es un juicio histórico que nos puede servir para aclarar conceptos. Dice literalmente:


“La fundamental causa que los provocó hallase a nuestro juicio el gran incremento que por entonces había tomado la afición al cante. El crecido número de fervorosos admiradores con que éste ya contaba, pertenecientes, puede decirse, a todas las clases sociales, fue poderoso estimulo para animar a ciertos avisados dueños de cafés a organizar en sus salas de espectáculos de Arte Flamenco (cante y baile) seguro de que con ello aumentaría la habitual clientela a los ingresos de caja de su negocio. Como consecuencia de este suceso, la fila de cantaores y bailaores comenzaron a engrosar en forma hasta entonces desconocida. Raro el mes en que no surgía algún nuevo excepcional intérprete, y ahora ya también de raza no gitana, fuese hombre o mujer. Consolidándose el profesionalismo de flamenco arte y al lado de los cantaores generales, muy escasos, es decir de los que podían y sabían cantar primorosamente todas las clases de cante, dieronse los especialistas que con no menor primor cantaban casi únicamente por seguirillas o soleares (las formas más estimadas y prestigiosas) o por cualquier otro estilo, inclusive por las que solo al baile se destinaban, pudiendo ser tenidos dichos especialistas como extensos o largos, si del estilo o estilos que cultivaban sabían mucho, y corto si lo contrario sucedia.....

Acrecentándose considerablemente los acervos de soleares y seguirillas mediante las aportaciones que de ignoradas formulas a ellos hicieron algunos de los múltiples cantaores gitanos que se distinguieron en tal época.... Comenzaron a desaparecer los corridos (romances), las Tonás, Livianas y Deblas”.


Como hemos podido observar en esta fotografía literaria del profesor García Matos, realiza una profunda descripción de lo que fueron los Cafés Cantantes de la época, finales del siglo XIX principios del XX. Su Decadencia comenzó en los años veinte, tomando otros giros, dedicándose más a las “Varietés” en competencia con un nuevo fenómeno surgido como fue el cinematógrafo. En esta descripción literaria existen algunos párrafos de gran interés: “Raro era el mes en que no surgía algún nuevo excepcional intérprete, y ahora ya también de raza no gitana”.

Es curioso observar como el maestro García Matos destaca con énfasis “y ahora ya también de raza no gitana”.


Los Cafés dignificaron el flamenco sin lugar a dudas, sacándolo de su hábitat miserable, apareciendo un profesionalismo bien remunerado, contradiciendo al temor infundado de “Demofilo: "Los Cafés matarán por completo al Cante Gitano en no lejano plazo”. Lo que no podía imaginarse don Antonio Machado y Álvarez es que a éste se incorporarían los no-gitanos. Es lógico pensar que don Antonio en sus primeros trabajos de investigación conectó con los gitanos, que fueron los primeros en hacer uso de él para su supervivencia e incluso tomó su primer apelativo de “Cante Gitano” o “Cante Hondo”, monopolizando estos cantes ancestrales. ¡Ahora bién! Una vez desparecidas las causas represivas y su notable mala fama, - Los Cafés jugaron un papel de importancia al acercar el flamenco a toda clase de público-, los no-gitanos se incorporaron ejecutando cantes desconocidos, por ejemplo: los fandangos y sus derivaciones, lo que viene a demostrar que el flamenco era una cultura más amplia recogida de nuestros ancestros.

La geopolítica jugó un papel de importancia, configurando un carácter y modos de comportamientos bien diferenciados al resto de la ciudad. El río era un escollo insalvable para Triana y Sevilla. Fueron los árabes los que establecieron inicialmente el puente de barcas (1.1.47) con el fin de acercar la fértil vega y el productivo Aljarafe.

La Collación y Guarda de Sevilla, la Puebla de Triana fue protagonista en todo el proceso histórico. El actual puente de Isabel II, vulgo “Puente de Triana” se inauguró el 23 de Febrero del año de 1852; acercando definitivamente Triana a Sevilla, acabando con la problemática que creaba el puente de barcas, bien por las avenidas del río o por las inclemencias del tiempo. Cinco años antes es cuando tenemos noticias de los Cafés Cantantes. Triana quedó a tiro de piedra del centro de la ciudad, quedó comunicada definitivamente. La cantera inagotable de cantaores ya no tuvo obstáculo alguno para su desplazamiento a intramuros. Estas primeras noticias datan del año de 1.847, cinco años antes de la inauguración oficial del Puente de Triana (éste estaba ya en construcción) No queremos establecer categóricamente que este año de 1.847, se cantara flamenco en los Cafés, ya que tenemos que atribuirle a Silverio Franconetti, su introducción en estos locales. Pensamos que en estos principios se darían cantes y bailes originarios hasta tomar más tarde carta de naturaleza con la denominación de “Cante Gitano” o “Cante Hondo”.

Don Manuel Chaves Nogales, en su libro “La Ciudad-Ensayos” hace referencia al Café de la Cabeza del Turco, situándolo en la calle de la Sierpes, a finales del año constitucional de 1.822, fecha anterior a la de 1.847, que es cuando realmente proliferan por doquier alcanzando cotas insospechadas. Si nos remitimos al maestro García Matos, cabria preguntarnos: ¿Fue el Cante Gitano o el Cante Hondo el impulsor de estos? Don Manuel Chaves Nogales establece la misma línea crítica que “Demofilo”: “Lo flamenco ha caído plenamente bajo la sanción universal; en la actualidad, una juerga es tan estúpida, que nosotros mismos la condenaríamos”. “Los que se horrorizan al escuchar la mezcolanza de evocaciones, de sentimientos y conceptos antagónicos, a veces incomprensibles, que se viertan por boca de nuestros cantaores en las fiestas del pueblo, debían leer cuidadosamente esas páginas de Éstebanes, y saber lo que eran nuestras diversiones, después de Olés, Tiranas, Polos, Serranas, Caleseras, Rondeñas, Granainas y Sevillanas, se cantaban aquellos romances peregrinos, aquellas corridas de que tanto gustaba la gente del pueblo”. “Parece inexplicable, ¿verdad?” Pues no hace más de cincuenta años que eran así las fiestas en Sevilla”. Don Manuel Chaves Nogales escribe este libro en 1.921, cincuenta años antes es el año de 1.871, cuando Silverio inaugura su primer Café en la calle Tarifa núm. 1, (de 1.870 a 1.880 fue el tiempo de duración del antiguo Café de Silverio)

Esto viene a demostrar el auge que estos tomaron una vez que el flamenco se sitúa ante el público. Haremos la observación que es en el año de 1.921, cuando inician su decadencia, si bien perduraron algunos como fue El Kursal, situado entre las calles

O´Donnell, 6, San Acacio 4, y Sierpes, 8, actual calle de Pedro Caravaca, 4, hasta el año de 1.935, así como el Variedades hasta el año de 1.936.

A título de anécdota comentaremos que cuando se derribó el Café Cantante “El Novedades” el 19 de Marzo de 1.923, se congregó una multitud en la Plaza de la Campana, para ver el comienzo del derribo portando una pancarta que decía “Novedades nunca te olvidaremos”. Este hecho viene a demostrar nuevamente la importancia que obtuvieron los Cafés Cantantes.


DE SU UBICACIÓN


Anteriormente hemos comentado que una vez inaugurado el Puente de Triana, el centro neurálgico sevillano quedó a corta distancia del Viejo Arrabal. El puente fijo consiguió conectar definitivamente ambos núcleos poblacionales. Si bien Sevilla acercó su Vega y el Aljarafe, necesidad imperiosa para la introducción en la capital de toda clase de productos agrícolas; Triana a su vez quedó comunicada, pudiéndose trasladar los vecinos de la Collación con suma facilidad y no con las dificultades que presentaba el antiguo puente de barcas. El trasiego de gentes se incrementó notablemente. Al amparo de este hilo conductor nació un profesionalismo flamenco bien remunerado. Pronto los más avispados hombres de negocios dieronse cuenta que esta expresión genuina podría reportar grandes beneficios y, siguiendo el recorrido, a la salida del puente en dirección hacia el centro, es donde se establecieron: en un área no menos de mil metros en pleno centro sevillano y en el mismo camino hasta llegar a él. (Vea-se cuadro sinóptico)


Fue Silverio Franconetti el que apostó fuertemente para llevar el flamenco al Café Cantante, creando uno que él mismo regentaba. Los Cafés dieron el espaldarazo definitivo para el conocimiento de todas clases sociales. Aportaron la creatividad necesaria para que éste evolucionara, debido a que los cantaores una vez remunerados, tuvieron que hacer uso de la inventiva creadora con el objeto de la superación personal al estar obligados en ofrecer a un público exigente continuamente cantes novedosos. Dar una nómina de todos aquellos que actuaron en los Cafés sería interminable, no siendo el trabajo que nos ocupa. Ha quedado demostrada la relación de Triana con los Cafés Cantantes y de la importancia de la inauguración del Puente de Triana, el cual permitió el desplazamiento del flamenco al centro de la ciudad y consecuentemente naciendo un profesionalismo bien entendido.

¿Qué quedó en Triana? Triana siguió siendo la ejercitante del flamenco, fue cantera inagotable, pero los más quedaron en el barrio, cantando, pero ejerciendo otras profesiones, incapaces de llevarlo a un escenario. Este comportamiento es el que engrandece a Triana como barrio universal. La época dorada del cante se dio prácticamente en los Cafés Cantantes, una vez iniciada su decadencia enlaza con otra etapa denominada Opera Flamenca al ser llevada del café a los teatros, formándose grandes troupes o compañías itinerantes que recorrieron todo el territorio nacional. Los últimos rescoldos del cante en los cafés como el Kursaal y El Variedades desembocaron en la Alameda de Hércules.


La Alameda 1903


LA ALAMEDA


“El sitio de la Alameda procede de la laguna que desde el siglo XII, servía de referencia al desecado brazo del Guadalquivir, que entraba por la zona de la barqueta y atravesaba la ciudad por la Alameda, las calles Sierpes y La Mar, buscando el reencuentro con el río por Arenal. Fue urbanizada por el Conde de Barajas, en 1.574 (Sevilla, ayer y hoy)"


La Alameda de Hércules estaba cerca del área donde estaban establecidos los Cafés Cantantes. Los dos últimos en desaparecer: El Kursaal Internacional en la calle O´Donnell y el Variedades en la calle Amor de Dios, calle que desemboca a la Alameda, colindante con la de la Europa, en ésta destacaban: “Las Siete Puertas” y “Casa Morillo” donde se establecían cuartos y reservados, últimos refugios de los prácticamente desaparecidos Cafés Cantantes, apenas ya sin actividades flamencas. La Contienda Civil acabó definitivamente con este tipo de espectáculos debido a la censura impuesta por los vencedores; tanto es así que el Variedades fue utilizado como cárcel provisional. Una vez terminada ésta, quedó convertido en cine, nuevo medio de diversión que se consolidaba a pasos de gigante. Las “Sietes Puertas” y “Casa Morillo” eran típicos bares donde en sus reservados duraba el flamenco hasta las claras del día. Estos estuvieron en plena actividad hasta los años sesenta del pasado siglo XX, dejando de existir cuando la expansión económica acompañada de la feroz especulación del suelo, dejó desatendida a las clases populares, en la cual Triana también se encontró inmersa. Recientemente “Las Sietes Puertas” ha sido restaurada, no siendo jamás lo que fue y “Casa Morillo” la piqueta sentenció su fin.

Hasta aquí, este breve recorrido del cante, que una vez que salió de Triana, haciéndose hombre, profesionalizándose y terminando en la Alameda de la que ya no queda vestigio alguno de una zona cosmopolita y cantaora.

CAFÉS CANTANTES 1847/1920



Café de Lombardos Café Suizo

Calle Tetuán, junto al Teatro San Fernan- Sierpes, 27 y 29 y Limones, 6

do 19/12/1847 al 1874 1860 al 1899


Café del Arenal Café de La Marina

García de Vinuesa, 32 (antes La Mar) García de Vinuesa (antes La Mar)

1854 al 1892 Finales del XIX y principios del XX


Café de los Cagajones Café Concierto Vista Alegre

Ponce de León (antes de la Paja) c/ Génova

Años 60 del siglo XIX (Hoy Avda. de la Constitución)

una vez realizado el ensanche 1899


Salón Oriente (sólo meses)

Trajano, 10. 1865 al 1884


Antiguo Café Silverio Café Concierto Novedades

(Posteriormente Salón Recreo) Santa Maria de Gracia, 7

Tarifa, 1.

1870 al 1880 1897


Café de los Triperos El Kursaal

c/ Velázquez (antes Triperos) O´Donnell 6, San Acacio 4

Primera mitad del siglo XIX (Pedro Caravaca 4) y Sierpes 8

1914 al 1935


Salón de Variedades Salón Barrera

Amor de Dios, 23 y Trajano, 14 También llamado Oriente

Año de 1918 (Cine Trajano) al 1936 Fechas desconocidas


Café de Apolo Café de Variedades

Lo cita Morales Padrón en “Sevilla hace Bayona, 6 (Hoy Federico Sánchez

cien años” Bedoya, 13) Casa del rincón

1866 al 1875


Café de de la Escalerilla Ideal Concert

Esquina de Tarifa y Amor de Dios Calatrava, 24

Fechas desconocidas 1919 al 1924


Café de Silverio Salón Olimpia

Rosario, 4 Mismo edificio del primitivo

1881 al 1889 Burrero, hasta 1935


Café del Burrero El Tronío

Esquina a Tarifa y Amor de Dios. c/ Sierpes, 35

1881 al 1897 1927


Café Filarmónico Café de los Carros

Amor de Dios, 23 Plaza de los Carros

1878 al 1903 Desconocidas


EN EL CAMINO DE TRIANA A SEVILLA

Café Sin Techo: Esquina de Reyes Católicos y Paseo de Colón, frente al Barranco también llamado “ Nevería El China”. A la salida del puente, viniendo de Triana, en la puerta mataron a “El Canario” el 13 de agosto de 1885. Este era un sucursal que para el verano había abierto “El Burrero”


Antigua Puerta de Triana

Café Cantante Sevillano, San Pablo, 7 pasada la Puerta de Triana. 1898 al 1899
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CRUZANDO EL PUENTE

JOSÉ MANUEL LÓPEZ MOHIÑO nace en Sevilla en el número 15 de la Calle Ruiseñor y bautizado en la Pila de los Gitanos de Santa Ana. A los pocos días lo trasladan a la Cava de los Civiles, donde transcurre su infancia y juventud. Aprende sus primeras letras en el Colegio de Cristo Rey y tras un breve paso por los Salesianos de Triana, ingresa en la Escuela Francesa, donde cursa el Bachillerato. 

Ha dado conferencias en el Excmo. Ateneo de Sevilla, en el Aula de Grados de la Cátedra de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, como así participa en los Cursos de Verano que organiza la Universidad Pablo de Olavide a través de su Círculo Cultural y en todo el ámbito de las Peñas Flamencas y Asociaciones Culturales.

Ha realizado la exaltación poética en la presentación de la Giraldilla Flamenca de Lebrija en el año 2011 dedicada a Carmen Linares, como así al Tocaor Quique Paredes en la Semana Cultural de la Peña Flamenca Juan Talega de Dos Hermanas.

Ha dado el Pregón Flamenco de Triana en el Círculo Cultural Don Cecilio, así como el Pregón Rociero de la Hermandad del Rocío de Aználcazar y el Pregón de Semana Santa de la localidad de Pilas. 

Tiene publicados cientos de artículos en revistas especializadas y prensa destacando los referentes a los orígenes del flamenco y estudios sociales y antropológicos. Ha sido Director de la Revista Sevilla Flamenca y Asesor Cultural y Relaciones Institucionales de la Federación Provincial de Sevilla de Entidades Flamencas.

Pregonero, escritor (Miembro de la Asociación Colegial de Escritores Españoles) y poeta, tiene publicado varios libros profesionales y de investigación: entre ellos “La Triana de la posguerra y otras cosas”, el libro presentado en la Feria Mundial del Flamenco es el titulado “Toda la verdad sobre Anita Sevilla” cantaora republicana fallecida en Estados Unidos, su libro presentado en el Salón de los Carteles de la Real Maestranza de Caballería titulado “Francisco Vega de los Reyes Curro Puya  Gitanillo de Triana esencia del toreo trianero” y su último libro “Apuntes históricos y orígenes del  Cante” “De Triana a los puertos” editado por la Cátedra de Flamencología de la Universidad Hispalense.

Sus grandes aficiones son el comportamiento costumbrista y en particular el flamenco, los toros o la Triana que ama con locura desde su nacimiento. En el año 2004 fue distinguido con el nombramiento de Trianero de Honor en la Velá de Sant´Ana.

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